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¿El cine ecuatoriano es realmente una industria?

Por:Carolina López

 

Hace tan solo 15 años, los estrenos de películas ecuatorianas eran muy escasos, sin embargo hoy en día hay 10 películas nuevas cada año. Sin duda, la producción cinematográfica en el país ha ido desarrollándose rápidamente gracias a las políticas y la nueva ley de fomento cinematográfico. La pregunta que queda hacerse es ¿Existe una industria cinematográfica en el Ecuador?

La RAE define a la industria como “Suma o conjunto de las industrias de un mismo o de varios géneros, de todo un país o de parte de él. La industria algodonera. La industria agrícola. La industria española. La industria catalana”. El cine en el Ecuador es un arte relativamente nuevo, no hace mucho, los ecuatorianos comenzamos a ver salas de cine con películas ecuatorianas y promociones que nos inviten a ver algo hecho en el país. La gran pregunta es si realmente el cine en el país es una industria o no.

Según Anahí Hoeneisen, directora de la película “Ochentaisiente”, que acaba de estrenar en todo el Ecuador, la gente que acude a ver una película y tiene dos opciones, una extranjera y otra ecuatoriana, en la mayoría de los casos va a elegir la extranjera. Esto sucede gracias a la desconfianza que tienen las personas en cuanto a la calidad de lo que se realiza en el país, ya que se piensa en general que aquí no van a obtener productos iguales a los que se producen en el resto del mundo. Anahí menciona que es complicado saber cómo reaccionará la gente frente a la película, y que para conseguir un buen resultado se necesita mucha publicidad e incentivos.

 

En su aporte publicado en la revista “Cartón Piedra”, Juan Martín Cueva (director del Consejo Nacional de cinematografía, por sus siglas CNCine), habla de la industria cinematográfica, lo que conlleva y lo que realmente significa la producción de películas en el país. En un principio menciona que el cine no es una industria en el Ecuador, acotando que mucha gente piensa que convertir este arte en industria puede frenar la libertad de crear cosas nuevas, para simplemente centrarse en el consumo masivo. El CNCine se encarga de incentivar y ayudar a productores independientes que necesitan fondos para realizar sus películas. Se realizan concursos a nivel nacional y se hacen convocatorias, de esta forma se apoya al arte que ha sido abandonado y muchas veces menospreciado por los ecuatorianos.

 

Según menciona Juan Martín Cueva en su artículo, la gente tiene miedo de convertir el cine en una industria porque se cree que esto acarreará un problema de consumismo,sin embargo para él, el hecho de que exista una industrialización del cine, puede lograr que este salga del espacio marginal en el que se halla y pueda convertirse en una actividad que les genere ingresos a las personas que se esfuerzan por realizar películas de calidad, para que puedan vivir del cine y no busquen otros trabajos. Si las personas ven que la producción en el Ecuador no es una labor sustentable, entonces dejan de realizar este arte y el cine se estanca.

 

Diego Ortuño, productor de “Mono con Gallinas”, no cree que el cine ecuatoriano sea una industria, “Creo que depende de lo que se quiera definir como industria, personalmente me parece que el cine ecuatoriano sigue siendo de autor, que todavía no se analiza al público que es el consumidor del producto y no se produce para el público, que es un cine enfocado principalmente en alcanzar logros culturales y que no es un cine que esté generando productos consumibles, en ese sentido creo que todavía no es un industria”. Armando Salazar, profesor y coordinador de la carrera de Cine en la Universidad San Francisco de Quito acota que no hay el apoyo suficiente para que exista una industria como la de argentina, pero menciona que cada vez hay más estudiantes de cine en el país y eso ayuda al desarrollo de esta profesión, puesto que más gente se enfoca en mejorar la calidad de las producciones. Salazar dice que antes había aproximadamente 4 estudiantes por generación y hoy en día esta cifra ha aumentado hasta llegar a 15 estudiantes que egresan cada año.

 

Según Daniel Andrade, director de “Ochentaisiete”, el cine en el Ecuador no es una industria, pero la gente está intentando que lo sea. Dice que en estos diez años la producción cinematográfica ha avanzado gracias al apoyo del Senescyt, lo que facilita realizar nuevos proyectos en el país. Diego Ortuño, comenta que desde que se estrenó “Ratas, ratones y rateros”, el cine nacional se desarrolló en varios aspectos, “Por un lado en términos de narrativa esta película marcó un hito definiendo un lenguaje que tendría muchos seguidores, especialmente jóvenes aspirantes a cineastas que empezaron a construir sus historias inspirados en el look y estilo de Ratas”. Según él, esto atrajo a muchos y logró incentivar a las nuevas generaciones para que estudien cine y se especialicen, logrando un gran avance en temas de calidad y de cantidad.

© 2014 Facultad de Comunicación.

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